Hay ocasiones en las que uno lee un libro y acaba blasfemando contra él
por su pésima calidad. A veces no se precisa ni realizar la lectura,
basta con observar el título (en plan "memorias de la Pantoja" o "los
cien mejores chistes de Arévalo") para pronosticar, con total éxito, la
nula calidad de la obra. En todos estos casos se suele pensar, o al
menos yo, que menudo gasto de papel inútil, que vaya árboles más
tontamente sacrificados o que se podía aprovechar la tinta en cosas algo
mejores. El caso es que esta misma sensación no se suele tener cuando
uno ve el equivalente a estos "libros" pero en la red, una cantidad de
lugares virtuales que bien podrían desaparecer y el mundo seguiría
girando tan pancho.
Pero no solamente quiero hacer referencia a lo ridículo del contenido de
algunas webs, que en efecto son para escupirle a la pantalla de nuestro
ordenador, sino que quería hoy centrarme en el contenido superfluo de
la red, en la colosal cantidad de material que se va copiando de un
lugar a otro y que acaba por ocupar un porcentaje de la intranet que ni
por asomo merece. Y para explicar, y a la vez probar empíricamente, mi
teoría he querido realizar un pequeño experimento, el cual paso a
exponer.
De todos es sabido que una de las páginas más recurridas a la hora del
plagio descarado es Wikipedia. No voy aquí a indagar en la fiabilidad de
sus contenidos (que podría), sino que simplemente deseo comprobar
cuántas páginas comparten determinado contenido con esta enciclopedia.
Para ello simplemente he realizado una búsqueda de algo suficientemente
conocido, he copiado un párrafo considerable (no solamente dos o tres
palabras) y he buscado en google cuántos resultados arrojaba con
esos mismos vocablos y en ese mismo orden (con una búsqueda
entrecomillada). En primer lugar he usado la entrada dedicada a Rafa
Nadal y he copiado textualmente el siguiente párrafo:
Del mismo modo, también es el único tenista masculino de la
historia que ha ganado en un mismo año (2010) tres Grand Slam en tres superficies
distintas.
Pues bien, este texto de 27 palabras (google no permite, al
parecer, buscar más de 32 palabras) y que contiene variedad gráfica
(puntos, comas, paréntesis...) arroja la friolera de 3160 resultados.
Casi nada. Si contamos todas las páginas que se han ido copiando unas a
otras sin cambiar ni una coma obtenemos un total de 3160 webs (que serán
3161 cuando se publique esta entrada). A mí, personalmente, me parece
una barbaridad que haya, de un plumazo, 3159 páginas que se podrían
suprimir y la red no perdería información alguna.
Pero permítanme que no pare aquí, pues quizá a alguien le puede parecer
que no son tantos esos resultados. Es posible que haya elegido una
búsqueda algo particular, pues se trata de un personaje vivo y en
activo, cuyos datos pueden ir cambiando con el tiempo. Hagamos lo mismo
con alguien cuya vida, de buen seguro, ya no va a sufrir muchos cambios.
Entremos en el apartado de Wikipedia dedicado a Mozart y seleccionemos
un texto de 32 palabras, por ejemplo el siguiente:
En palabras de críticos de música como Nicholas Till, Mozart
siempre aprendía vorazmente de otros músicos y desarrolló un esplendor y una
madurez de estilo que abarcó desde la luz y la
Metemos el texto entre comillas en el buscador de google, le damos a buscar y... voilá! Nada más y nada menos que 137000 resultados (que ahora serán 137001). Miles de páginas de biografías o similares que han copiado sin delicadeza alguna el texto tal cual de otra web, sea Wikipedia u otra. En fin, si a algún lector le parecen pocos resultados 137000 yo ya abandono el blog y me dedico a la cría del escarabajo de la patata.
Quizá me salga levemente de mi temática, pero no me resisto a plasmar
una de las anécdotas más curiosas en mi vida laboral como profesor. En
cierta ocasión propuse a mis alumnos realizar un trabajo de ciertos
matemáticos, investigar un poco sobre su vida y obra pensando, iluso de
mí, que alguno iba a coger una enciplopedia o algún libro de consulta.
Lo gracioso no es que descubriera, sin demasiada dificultad, que la
mayoría de los trabajos eran un copy-paste de alguna página web,
sino que uno de mis pupilos me entregó la web imprimida tal cual, con la
publicidad de una línea erótica de contactos en el lateral incluída.
En definitiva, mi intención es promover la originalidad de lo que se
publique, sea en una web o en un libro. No es pecado sacar algún dato,
nombre o fecha de otras páginas, pero de ahí a calcar párrafos enteritos
hay una diferencia más que notable. Como decía aquel anuncio de la
tele, don't imitate, innovate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu aporte. ¡Vuelve pronto!